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Imparcial Informe Muestra 5 problemas nuevos sobre Romanos 8 38 39

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Y si alguno no posee el bEspíritu de Cristo, no es de él. Por el hecho de que el ánimo acarnal es bmuerte, pero el ánimo cespiritual es vida y dpaz. para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos de conformidad con la carne, sino con arreglo al espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha alibrado de la ley del pecado y de la muerte. En este momento, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no aandan de conformidad con la carne, sino más bien con arreglo al espíritu.

Dios nos llama, mientras tenemos la posibilidad de, a ser cariñosos unos con otros, a cuidarnos unos a otros, a rezar unos por otros, a exhortarnos, a amonestarnos, a confesarnos, a animarnos, a contribuir a los pequeños grupos de creyentes. Frente todo, ¡no somos separados del amor de Dios en Jesucristo! Nada en toda la creación –incluyendo un traslado hacia el Maranatha Hall – nos separará del amor de Dios. Pero es asimismo la separación de la familia y de los amigos, y de nuestro cuerpo y de todos y cada uno de los placeres terrenales. Es por eso que aparenta no ser una expresión del amor de Dios. No es como decir que somos amados por Dios hasta la desaparición y después somos amados nuevamente por Dios tras la muerte con una gran pausa del amor de Dios en el momento de la muerte.

Romanos 8:38,39

Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa construída nos va a poder separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro. De ahí que, Pablo dijo que ni la desaparición ni la tumba, ni siquiera ángeles….Nada creado nos puede, ni podrá separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús señor nuestro. Así que por causa de aquellas personas, Pablo hace una lista muy completa.

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Entonces Pablo se enfoca en el reino de los seres espirituales a los que pudiésemos tener miedo, los beatos y los impíos. Ni ángeles ni diablos (“principados y potestades”) tienen el poder de separarnos del amor de Dios. ni nuestros temores de hoy ni nuestras intranquilidades de mañana. No los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. La fidelidad de Cristo —y la nuestra, por la gracia de Dios— vence lo malo que la vida y el trabajo nos pueden realizar. Si nuestra misión primordial en el trabajo es el avance laboral, los ingresos o el prestigio, es posible que acabemos desilusionados.

Romanos 8 38 39 Reina Valera 1960

El Padre nos expresa y demuestra diariamente, cuan grande es Su amor a fin de que nos sintamos «seguros en El», y con esa seguridad no temamos a nada. r lo que pase ni donde estemos; El promete que Su amor nunca nos dejará, y que ninguna situación desfavorable tiene el poder de separarnos de ese amor, sino que nos ayudara a identificarnos con El aun mas y provocará que ese sublime amor nos rodee y nos sane. Dé “gracias” por todo lo que hizo en su vida.

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“Ni altura, ni hondura.” Dios ama a sus siervos leales con independencia de los altibajos que sufran en la vida. “Ni cosas aquí en este momento, ni cosas por venir.” El cariño de Dios no se enfría transcurrido un tiempo. No existe nada que logre sucederles a sus siervos, en este momento o en el futuro, que apague el cariño que Jehová siente por ellos. Ciertos tengan la posibilidad de decir que este versículo es un aliento fantástico. Otros, no obstante, dirán que sencillamente anima a la gente a salir y pecar. El conocimiento del amor misericordioso de Dios en Cristo nos atrae a Él y nos convierte.

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38 por lo cual estoy convencido de que ni la muerte ni la vida ni ángeles ni principados ni potestades ni lo presente ni lo por venir. Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte ni la vida ni ángeles ni principados ni potestades ni lo presente ni lo por venir ni lo prominente ni lo profundo ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de dios que es en cristo jesús señor nuestro. Por lo que estoy seguro de que ni la desaparición ni la vida ni ángeles ni principados ni potestades ni lo presente ni lo por venir ver capítulo. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo prominente, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos va a poder separa del amor de Dios, que es en Cristo jesús Señor nuestro.

  • Y la que sobresale como completamente vital en esta mañana es la relacionada con los pequeños grupos.

Y hay muchas más cosas de las que no se apartará cuando sea separado de esta edificación el domingo en la mañana. Y la que se destaca como absolutamente vital en esta mañana es la relacionada con los pequeños conjuntos. El día de hoy es más importante que jamás el lugar que los pequeños grupos tienen en nuestra vida como congregación. Es verdad que si la tribulación, o angustia, o persecución, o apetito, o desnudez, o riesgo, o espada le separan de su conjunto pequeño, Dios no se separará de usted.

Romanos 838 biblia traducción en lenguaje actual. 38 por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni ángeles ni principados ni potestades ni lo presente ni lo por venir 39 ni lo alto ni lo profundo ni ninguna otra cosa creada nos podrá dividir del amor de dios que es en cristo jesús señor nuestro. Romanos 8 viviendo en el espíritu 1 ahora pues ninguna condenación hay para los que están en cristo jesús los que no andan de conformidad con la carne sino más bien con arreglo al espíritu.

Pero si la salvación —o sea, la reconciliación con Dios y la gente, la lealtad y la justicia— es nuestra esperanza suprema, entonces la vamos a encontrar en la mitad de lo bueno y lo malo en el trabajo. Las declaraciones de Pablo implican que sin importar lo más mínimo cuáles sean las adversidades que encontremos con nuestro trabajo o las complejidades y los desafíos que enfrentemos con compañeros o superiores en el trabajo, el amor de Dios en Cristo siempre y en todo momento mora con nosotros. El cariño de Dios en Cristo es la fuerza firme en medio de la adversidad actual y la esperanza para la redención de nuestro cuerpo en el futuro. A diferencia del amor de los humanos —que puede cambiar o desaparecer—, el amor que Dios siente por quienes confían en él es inalterable y eterno. Sin lugar a dudas, poseer en todo momento presente este hecho nos motivará a acercarnos a él y a probarle nuestro amor. “Ni ninguna otra creación.” Con estas abarcadoras palabras, Pablo remarca que nada en absoluto puede dividir del amor de Jehová a los cristianos fieles.

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